viernes, 20 de noviembre de 2009

Oscar Covarrubias: “Nunca pude hacer este relato completo”

Por Pamela Argañaraz
Con la voz quebrada, el sobreviviente contó con preciso detalle sus 17 días en Campo de Mayo. Ocurrió el 17 de abril, por la noche unas ocho personas entraron a su casa, donde vivía con su mujer embarazada y su hijo de dos años. El matrimonio fue llevado en dos autos distintos hacia un destino que desconocían. El pequeño hijo quedó en el hogar.
A Oscar le asignaron el número 230 y le entregaron una manta y una capucha, como al resto de los secuestrados. Estaba en un galpón grande, de aproximadamente 60 metros de largo, en donde pasó diez días encadenado de pies y de manos. “Sentía miedo a diario, miedo de que dijeran mi número. Fui torturado a golpes y mediante mordeduras de perros”, alcanzó a contar con la voz quebrada. “Uno de los días más duros fue cuando vi a Pirincho Casariego y sé que era él porque lo tuve enfrente mío. Estaba muy golpeado”.
Añadió que sus cuidadores fueron “Cacho” y “El Yaya” y que “Yoli” era una detenida que colaboraba y repartía medicación. Curiosamente, los medicamentos que se repartían tenían marcadas las siglas FM (Fabricaciones Militares).
Los secuestrados estaban separados por género en galpones distintos. “Estaba con los hombres y no logré ver mujeres embarazadas”. El día que fue liberado, tuvo que hacer un escrito de puño y letra. “Le pedimos perdón en nombre del Ejército Argentino, nos hemos equivocado”, fueron las palabras de quienes lo detuvieron.
Covarrubias y su mujer fueron puestos en libertad en Plaza de Tigre, desde donde se dirigieron a la casa de Beatriz para reencontrarse con su hijo y sus familias.

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