miércoles, 4 de noviembre de 2009

Insultos por parte del ex jefe de inteligencia de Campo de Mayo

Por Pamela Argañaraz
Fernando Ezequiel Verplaetsen insultó a la querella durante la audiencia de hoy en la sala donde se lleva a cabo el juicio de Campo de Mayo.
A las 10.10, cuando comenzó la sesión, se anunció el cambio de presidencia en el tribunal. La jueza Marta Milloc fue reemplazada, por cuestiones de salud, por Héctor Sagretti.
Acto seguido, el abogado defensor Juan Carlos Tripaldi tomó la palabra manifestando una serie de pedidos al tribunal. Esgrimiendo exámenes físicos realizados el pasado 5 de octubre, pidió la inimputabilidad para el acusado Verplaetsen, condenado a 25 años de prisión en agosto último por el caso de Floreal Avellaneda. El letrado alegó “déficit de memoria, deterioro cognitivo y limitaciones físicas”. “No recuerda nada de esa época y nada puede decir”, enfatizó.
Por otra parte, Tripaldi exigió “juego limpio” sobre el modo de cumplimiento de las penas (en una cárcel del servicio penitenciario o prisión domiciliaria) “para contemplar una defensa en cada caso y para juntar pruebas sobre los expedientes”.
La querella, representada por los abogados Ciro Anicciaricco, Alcira Ríos, Pedro Dinani, Alan Iud (coordinador del equipo jurídico de Abuelas), Mariana Maurer, Javier De Luca, Pablo Llonto y Marcelo García Berro, rechazó las solicitudes de la defensa. Dinani sentenció que “no deben confundirse el derecho a la defensa y el derecho a la impunidad”, en referencia al adelantamiento por parte de la defensa del cumplimiento de las sentencias. Sobre esto, Ríos agregó que el rechazo es absoluto, porque se estaría hablando de un prejuzgamiento.
La tensión surgió cuando la palabra fue tomada por Llonto, quien dijo sentirse “conmovido y sacudido por los pedidos del doctor Tripaldi”. En alusión a Verplaetsen, quien había sido dado de alta de una internación ayer, el abogado lo señaló para que se viera que el acusado estaba asintiendo cada palabra que articulaba su defensor, demostrando un buen nivel de comprensión. Este fue el momento donde los aplausos del público presente y las fotos de las víctimas se elevaron en la sala.
Mientras Llonto hablaba y se refería al por qué del rechazo de la querella de las exigencias de la defensa, un compañero querellante distinguió cómo Verplaetsen insultaba por lo bajo y hacía gestos hacia la querella. El presidente del tribunal le llamó la atención reiteradas veces y le preguntó si escuchaba. El acusado respondió con gestos dando a entender que no oía. El magistrado le advirtió que guarde el decoro sobre los insultos que profirió minutos antes.
Marcando el reloj las 11.10, el tribunal entró en un cuarto intermedio de un par de horas para debatir sobre las exigencias de la defensa y los rechazos de la querella.
Hecho este anuncio, Verplaetsen oyó, entendió la orden y fue el primero en retirarse de la sala.

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